Esta reforma es el encargo de una amiga para su hija de cuatro años.

Algunos elementos como la cama de forja, la cama desplegable, las dos cómodas al igual que el edredón y las cortinas estampadas ya estaban y debían mantenerse en el proyecto.

El reto aquí estaba en que no partíamos de un lienzo en blanco como suele ocurrir cuando se diseña la primera habitación para un niño. Aquí lo único que estaba en blanco eran las paredes y teníamos que integrar todos los juguetes, objetos, libros... de todos los tipos y colores de una niña de cuatro años incluyendo los muebles y estampados existentes y añadir otros elementos funcionales creando una imagen

coherente y además, en clave "princesa".

La distribución de esta planta tan irregular, debía contar con una zona de juegos

permitiendo el paso a la terraza.

Esta ha sido nuestra visión de la reforma:

En cuanto a colores, nuestra "princesa" nos pedía mucho rosa pero los estampados ya tenían todo tipo de colores incluídos tonos ácidos e incluso rojo.

Para integrarlo todo hemos escogido dos tonalidades de rosa de las cortinas. Dos tonos que distan mucho del rosa bebé que se suele usar.

Para la entrada aplicamos el más oscuro, aislando visualmete la zona del resto del dormitorio.

Para la pared principal elegimos el más clarito, un tono peonía muy "sweet" y lo llenamos de topos dorados pintados a mano uno a uno creando un efecto papel pintado. Efecto que se ve multiplicado al reflejarse toda la pared en el espejo del armario.