-La inspiración-

El retrato de boda de mis abuelos fue la chispa que inspiró esta sesión.

De los binomios como tú y yo, oro y plata, blanco y negro...

surgió todo lo demás.

Buscábamos fotos muy sobrias, en cuanto a color y movimiento.

Queríamos recordar el hieratismo y la seriedad de las antiguas fotografías de matrimonio,

donde la expresión se reduce solo a lo que dicen las miradas.

A medida que avanza el shooting, las expresiones se relajan

creando un entorno alegre y cariñoso.

 

-El atrezzo-

Un entorno rural es el único telón de fondo.

Unos globos, que podrían recordar el paseo por una feria,

y un marco que encontramos en el momento del

editorial, son los únicos elementos utilizados.

 

-El look-

Como recuerdo a las flores de cera usadas en los retratos de boda antiguos, usamos un

ramo muy sencillo

de paniculata blanca, perfecto para contrastar con el negro.

Aunque el resultado final es muy vintage, por el tipo de posado y algunos detalles como el pañuelo,

lo cierto es que todas las prendas son totalmente actuales.