Cuando analizamos el local nos encontramos con muchos puntos a favor:

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-La distribución estaba bien hecha, ya que había sido un gimnasio.

-Algunas cosas eran reutilizables, como los vestuarios, las puertas o la galería divisoria.

-A pesar de las dimensiones del local, se contaba con muchísima luz natural.

-Los techos eran muy altos, lo cual lo hacía mucho más interesante.

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Pero también nos encontramos con muchas otras en contra:

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-Las paredes estaban llenas de humedad.

-Las ventanas estaban inservibles y el aislamiento era nulo.

-El suelo y el local en general se encontraban en un estado pésimo de deterioro.

-El vestuario contaba con un solo WC, las duchas eran innecesarias y los lavabos

tenían unos acabado de malísima calidad.

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Se hizo un trabajo laborioso a nivel pintura y de corrección de imperfecciones.

Tabiques de pladur en el baño y en las paredes al exterior.

Ventanas nuevas con rotura de puente térmico.

Una misma dirección en las líneas del suelo que recorren todo el estudio desde la 

entrada hasta el fondo de las salas.

Se retiraron todos los espejos existentes y se colocaron unos nuevos

Se sustituyó toda la instalación eléctrica.

Se cambiaron las barras de luz de estilo convencional en el rótulo de la calle

por otras de led que consumen mucha menos energía.

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Un trabajo frenético que se llevó a cabo en tiempo récord.

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